Cualquier diseñador gráfico que se precie, sabe perfectamente el papel tan importante que cumplen los colores en la creación de una identidad corporativa. Y es que al fin y al cabo, no solo somos capaces de identificar una marca en concreto por su logotipo, sino también por su color.
Seguro que al pensar en Facebook, te viene a la mente su color azul, mientras que CocaCola te evocará inevitablemente al color rojo. ¿Casualidad? ¡Para nada! Aunque creas que los fundadores de estas empresas escogieron sus colores corporativos al azar, lo cierto es que hay toda un intención, y esta responde siempre a la psicología del color y al diseño gráfico publicitario.
En otras palabras, los colores son capaces de originar emociones, sentimientos, e incluso, colarse en la memoria de los usuarios de una forma muy potente.
Estos son los principios básicos de la psicología del color:
- El blanco: está relacionado con la pureza y el minimalismo. Obviamente, no suele ser un color principal en la imagen de una marca, aunque puede utilizarse como fondo.
- Azules: se trata de un color frío, aunque también se relaciona con la fidelidad, la serenidad y la confianza.
- Morados: esta gama de colores denota magia, poder y espiritualidad.
- Verdes: es un color muy utilizado entre marcas por sus connotaciones naturales. También aporta frescura y equilibrio.
- Marrón: muy vinculado a la tierra, es capaz de transmitirnos sensaciones de seguridad y confort.
- Rojo: uno de los colores preferidos entre las marcas. El rojo es capaz de despertar pasión, además de fuerza y vitalidad.
- Amarillo: otro vivo capaz de transmitir fuerza y pasión.
Como verás, cada color tiene una intencionalidad, y puede llegar a ser un medio muy efectivo para potenciar una campaña publicitaria. Así que, ¿a qué esperas para integrar la psicología del color en tu imagen corporativa?